viernes, 6 de agosto de 2010

Héroes


Hubo un tiempo en el que realmente creí en esos grandes superhéroes de Marvel.
Cuando tenía un mal día, llamaba con todas mis fuerzas a Superman para que me llevara volando muy alto, dejándome ver lo pequeña que es la gente desde el cielo.
Cuando me encontraba entre malvados villanos que intentaban herirme, miraba en todas direcciones esperando que Hulk viniera a apartarlos de mi camino.
Cuando me sentía desprotegida, deseaba estar al lado de Spiderman para que lo cubriera todo de telarañas, callando la boca de todo aquel que no tuviera porqué hablar.
Cuando me sentía avergonzada, rezaba todas las noches soñando amanecer convertida en la Mujer Invisible, siendo inexistente para el mundo.
Cuando era traicionada, soñaba ser tormenta y poder soltar una pequeña descarga a más de uno.
Pero ahora, con el paso de los años y un poco más de madurez, he comprendido que esos héroes sólo existen en las hojas de comics guardados en cajas cogiendo polvo en el armario. Que los verdaderos héroes son aquellos que caminan por la calle, pasando inadvertidos entre la gente.
Son aquellos que con sólo dos palabras saben llegar al alma. Son aquellos que te defienden ante la gente, que diariamente te ayudan a sonreír y con los que te sientes realmente afortunado, o simplemente aquellos que cuando lloras, permanecen a tu lado sin decir palabra, como si no estuviesen pero demostrando que están ahí.
Y realmente no es necesario llamar a a estos héroes, ni suplicar por ellos. Porque ellos siempre están ahí cuando los requieres sin necesidad de avisarlos, pretegiéndote de la cruda realidad y salvándote de las peores situaciones imaginables.
Hoy me siento afortunada de tener Héroes en mi vida del tamaño de Hulk y el corazón del Capitán América, que reúnen su valía y coraje pero que, a la vez, son tan reales como sus sentimientos.
ELLOS SON LOS HÉROES DE MI VIDA

Sandra Sánchez Domínguez 4º ESO

El gato más bueno y bonito del mundo


Ésta es la historia de un gato que nació en Huelva. Tenía cinco hermanos y vivían en unas condiciones muy malas. Sus hermanos y él cogieron una enfermedad. Todos se murieron menos este gato que tuvo la suerte de irese a vivir con una familia en Sevilla. Esta familia estaba deseando tener un gato. Ya estaban buscando hasta el nombre: si era macho se llamaría Col, y si era hembra se llamaría Lechuga.
Cuando llegó el gato a la casa toda la familia se dedicó a cuidarlo y, como estaba tan enfermo, lo llevaron al veterinario. Éste les dijo que probablemente se moriría. Se levantaban de madrugada para darle los medicamentos y al final consiguieron que sobreviviera.
Hoy en día es un gato precioso y la familia está feliz con él. Es el gato más bueno y bonito del mundo.


Javier Ruíz Anaya 6º Primaria

jueves, 5 de agosto de 2010

Alí nos cuenta su historia...



Hace mucho frío, huele fatal, a sudor, salitre y excrementos. Estos olores es lo único que Alí puede sentir, a parte del sonido de las olas y la respiración de las otras 60 personas que van con él en la patera. De repente una ola vuelca la patera, pocos, o más bien sólo uno, sabe nadar, el resto simplemente se ahoga entre el oleaje del Estrecho. Alí ahora se encuentra en otro lugar, también está oscuro y huele mal pero no está mojado. ¿Ha sido un sueño? no. Más bien sólo un recuerdo demasiado doloroso y reciente para ser olvidado... "Todo empezó, dijo Alí, cuando vi a mi madre dándole todos sus ahorros a un señor de la aldea. Más tarde le pregunté por ello y me dijo que era para mejorar mi vida. Aún no he notado esa mejoría. Llevo dos meses en este maldito país comiendo de las sobras, durmiendo donde puedo y echando de menos a toda mi familia y amigos. Pero no puedo volver, sería tan sencillo como ir a una Comisaría y que me deportaran, pero debo hacerlo por ellos, sin el poco dinero que les envío morirían. En fin, debo ir a buscar algún semáforo que, a estas alturas quede libre, a ganarme la vida, aunque me arda el sol en verano, aunque se me entumezcan los dedos en invierno, debo hacerlo. Sólo pienso en volver algún día a ver sus caras, encontrar una buena mujer, tener hijos y vivir tranquilamente. No creo que esto cueste tanto..."

Pablo Moreno Villalba 4º ESO