Jamás olvidaré aquel viaje que hicimos mis amigos y yo a New York. La verdad es que, a día de hoy, aún segimos recordando anécdotas de aquel maravilloso e inolvidable viaje.
Me acuerdo que cuando me levanté, muy temprano por cierto, aún no tenía hecha ni la maleta, justo ahí empezó el caos. Quedaba una hora para que saliera el vuelo y no sabía qué meter en la maleta, no sabía si ropa de invierno, de verano... así que metí todo lo que encontré en mi armario, y eso que sólo íbamos para una semana...
Cuando llegué al aeropuerto, agotada por cierto, ya estaban todos mis amigos allí, todos super mosqueados conmigo ya que pensaban que me había quedado dormida, como ya era costumbre en mí. En ese momento sonó el aviso de que nuestro vuelo estaba a punto de despegar y justo en ese momento, todos empezamos a correr con las maletas, pisándonos unos a otros, bueno no, más bien todos pisando a Diego, que se había caído como siempre.
Cuando ya por fin estábamos todos sentados en nuestro asiento del avión llegó Diego, con la camiseta rota, un zapato menos y la señal de mis botas nuevas en su cara. Todavía nos reímos recordándolo, aunque en el fondo nos dio mucha pena verlo así.
Cuando por fin llegamos a New York no nos lo podíamos creer. Rápidamente fuimos al hotel a soltar las maletas y directamente nos fuimos todos de shopping. Nosotras nos quedábamos alucinadas, ellos también, aunque no por el mismo motivo, claro. Estaban alelados viendo las fotos de mujeres con cuerpos 10 en ropa interior, se les caía la baba a todos. ¡Qué insustanciales!
La verdad es que la semana en New York ha sido la semana más corta de mi vida, pero eso sí, ya estamos planeando volver para el año que viene aunque Diego tiene serias dudas sobre si ir o no y, todo hay que decirlo, lo entendemos perfectamente. Bueno, ya nos encargaremos de convencerlo para que se venga porque sin él no sería lo mismo y en eso todos estamos de acuerdo.
Mónica López Franco 4º ESO
Me acuerdo que cuando me levanté, muy temprano por cierto, aún no tenía hecha ni la maleta, justo ahí empezó el caos. Quedaba una hora para que saliera el vuelo y no sabía qué meter en la maleta, no sabía si ropa de invierno, de verano... así que metí todo lo que encontré en mi armario, y eso que sólo íbamos para una semana...
Cuando llegué al aeropuerto, agotada por cierto, ya estaban todos mis amigos allí, todos super mosqueados conmigo ya que pensaban que me había quedado dormida, como ya era costumbre en mí. En ese momento sonó el aviso de que nuestro vuelo estaba a punto de despegar y justo en ese momento, todos empezamos a correr con las maletas, pisándonos unos a otros, bueno no, más bien todos pisando a Diego, que se había caído como siempre.
Cuando ya por fin estábamos todos sentados en nuestro asiento del avión llegó Diego, con la camiseta rota, un zapato menos y la señal de mis botas nuevas en su cara. Todavía nos reímos recordándolo, aunque en el fondo nos dio mucha pena verlo así.
Cuando por fin llegamos a New York no nos lo podíamos creer. Rápidamente fuimos al hotel a soltar las maletas y directamente nos fuimos todos de shopping. Nosotras nos quedábamos alucinadas, ellos también, aunque no por el mismo motivo, claro. Estaban alelados viendo las fotos de mujeres con cuerpos 10 en ropa interior, se les caía la baba a todos. ¡Qué insustanciales!
La verdad es que la semana en New York ha sido la semana más corta de mi vida, pero eso sí, ya estamos planeando volver para el año que viene aunque Diego tiene serias dudas sobre si ir o no y, todo hay que decirlo, lo entendemos perfectamente. Bueno, ya nos encargaremos de convencerlo para que se venga porque sin él no sería lo mismo y en eso todos estamos de acuerdo.
Mónica López Franco 4º ESO
Pobre Diego, ¿no?. Jajajaja. ¡Me encanta Mónica!. No quería que no quedara una huella escrita sobre tu paso por Las Artes. No podía permitirlo.
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