jueves, 10 de febrero de 2011

UN SUSURRO INESPERADO


En un susurro se escapó mi alma, algo se aferra a mi brazo con fuerza y gritando, pequeñas gotas caen sobre mi pecho, una tras otra sin cesar. Los gritos doloridos retumban en mi cuello. Alguien llora por mí, pero, ¿quién?.
Esa mañana me desperté, tal cual lo hago todos los malditos días. Un café, una caricia a mi perro y de nuevo el atasco hasta llegar al trabajo donde intento salvar la poca cordura de la gente mientras deseo que alguien salve la mía.
Pero ese día fue diferente, el teléfono sonó, parpadeando en la pantalla un número my conocido pero demasiado olvidado para mi mente.
_¿Sí?
_Hola, eh... ¿Laura?
_Sí soy yo, ¿quién eres?
_Soy Kebin, ¿te acuerdas de mí?
Al escuchar aquel nombre mi corazón comenzó a latir demasiado fuerte y mi mente dejó de pensar por un momento para mostrarme todos los recuerdos relacionados con aquel nombre.
De camino al parque donde quedamos para tomar un café, intentaba organizar mi mente, pero ella se resistía, luchaba por ser, sólo por un día, aquella niña inocente y alocada que era cuando estaba con él.
A pesar de haber estado años sin verlo, sólo tuve que observar su mirada un instante para saber quién era.
La tarde pasó volando, al igual que los pájaros paseaban por el cielo, a la misma velocidad. Demasiada.
No sé porqué tuvo que ocurrir esa tarde, tanto tiempo deseando que llegara y cuando espero continuar, aparece. Sé que no fue un accidente, sé que el tiroteo no fue casualidad. Sé que era mi hora, pero ¿por qué cuando él vuelve?
Al recordar que la voz dolorida es la de Kebin, abro los ojos para descubrirlo manchado con mi sangre, llorando en mi cuello mientras suplica que aguante.
Sus ojos me hipnotizan, me guío por esa luz oscura y me dejo llevar por el último sonido: su voz.
_Te quiero_ susurra.

Lorena Laserna. 3º ESO